Martín Pineda se presenta como un artista apasionado por la exploración de la representación de la figura humana y el paisaje, dentro de lo que podría definirse como su ocupación artística. Su enfoque es igualmente cautivador al abordar tanto la vida urbana como los escenarios naturales desde diversas perspectivas, logrando, en todos los casos, crear entornos que reflejan su profundo y reflexivo estudio, enfocándose en lo esencial y descartando lo superficial e innecesario.

Una de las principales preocupaciones de Pineda reside en resaltar los efectos luminosos, considerando la luz como el alma misma de su obra. La exposición de Martín Pineda en el Teatro Principal, logra este efecto mediante el contraste de tonalidades densas que definen de manera precisa los elementos y las distancias en función de su visión personal.

Su paleta de colores es rica en gamas y matices, y juega con ellos con maestría, demostrando un agudo sentido de la evaluación cromática que le otorga una marcada personalidad artística.

Siendo extremadamente exigente consigo mismo, Pineda se esfuerza constantemente por encuadrar sus temas con un dibujo riguroso, valorando cada término y elemento constituyente de su obra como estudios individuales que, al agruparse, dan lugar a una definición artística de gran profundidad.

Lo más destacable de Pineda es su confianza en su habilidad artística, manifestada a través de pinceladas amplias, enérgicas y resolutivas. Al mismo tiempo, están llenas de riqueza y textura. Esto revela su enfoque espontáneo en la creación de su arte, al tiempo que demuestra un conocimiento profundo del tema y un dominio sobresaliente de la expresión artística en su máxima expresión.