En el Japón del siglo XVI se recurre al oshibana para enseñar a los guerreros samuráis a combatir la ansiedad y el estrés, la importancia de la paciencia, la concentración y a vivir en armonía con la naturaleza.
Representa el arte de utilizar materiales que la naturaleza nos brinda tales como flores, hojas, semillas, cortezas y frutos, para construir con ellos composiciones artísticas y hacerlas perdurar.
Nos descubre una nueva forma de mirar y prestar atención a lo pequeño, al cambio constante que la naturaleza nos ofrece. Nos aporta otra manera, más atenta y más respetuosa, de relacionarnos con la naturaleza.
Cuando se recoge flores, hojas y demás material vegetal, hay que tener especial cuidado con el secado, que se ha de realizar utilizando una prensa entre hojas de periódico o papel absorbente, nunca en libros.
Todo material vegetal que se encuentra en el campo hay que cogerlo con sentido y con mesura, respetando la naturaleza y nunca coger flores en peligro de extinción. Hay cantidad de plantas y flores que, por desgracia, están desapareciendo de nuestros campos debido a la acción del hombre.
Todos los cuadros aquí expuestos muestran sus colores naturales, sin haber sido alterados por productos químicos o por haber añadido algún tipo de colorante. La naturaleza es lo suficientemente hermosa como para no necesitar ser modificada.