El tiempo es lo más valioso que poseemos. Bajo este lema que Juan tanto repetía hemos querido reuniros para compartir espacio y tiempo con vosotros en este lugar emblemático como es el Arco de Santa María donde encontraréis obra y palabras de Juan en diferentes formatos y técnicas.
Un acercamiento a su proceso creativo, a ver lo que nunca se ve, a explorar el territorio más desconocido de los cuadros a través de sus apuntes, de cuadros expuestos y de aquellos que vivían tiempos de barbecho, a disfrutar de la parte de detrás de los lienzos donde guardaba secretos y recuerdos. En definitiva a conocer un poco más de cerca el entorno de la persona, el psiquiatra y el pintor.
Cercano ya el 77 aniversario de Juan Mons es su familia quien recoge el testigo al exponer parte de su legado.
El legado “de un artista que ejercía la medicina”, condensa una vida donde la creación artística y el ejercicio de la psiquiatría fueron de la mano. Tanto el artista como el psiquiatra buscó un diálogo y un compromiso con la sociedad en la que vivió.
El compromiso supone que el mundo no se completa sin “el otro”, que no hay indiferencia entre las partes. Desde que inició su vida profesional en Oña fue consciente de que ambas pasiones, creación artística y psiquiatría, viven en las fronteras. Y trabajó para que las fronteras fueran maleables, porosas.
El universo creativo de Juan ha sido siempre fiel a sus inquietudes pero con la intención de provocar espacios de reflexión en torno a la convivencia humana. Por un lado, mirar hacia uno mismo cuando, quizás, te ves reflejado en esos rostros de pocas líneas pero que guardan todas las personalidades: bondad, avaricia, egoísmo, burla, etc. Por otro lado, mirando hacia la comunidad, hacia los aspectos que suponen la pertenencia al grupo social que nos rodea y a las tradiciones que unen porque eso supone una base referencial.