ENCLAVE LAND ART, proyecto coproducido por el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana a través del programa de residencias Cultura Resident, con el apoyo del Ayuntamiento de la Vall de Gallinera (Alicante), anuncia la cuarta convocatoria para la recepción de propuestas artísticas y/o de investigación, que participarán en la residencia artística de producción.
Convocatoria abierta para la Residencia Enclave Land Art 2022 / Fechas; Del 20 de agosto al 15 de septiembre
El concepto de Enclave Land Art 2022 invita a la reflexión acerca de cómo el sol condiciona y tiene presencia activa en la Vall de Gallinera y cómo esta viene interpretada por la naturaleza, animales y seres humanos. Esta influencia se refleja en una separación natural del valle en dos partes: la solana (con sol permanente) y la umbría (zona de sombra protegida del sol por las montañas). Esto coarta la distribución humana que tienen los núcleos urbanos situados al lado sur del río Gallinera, espina dorsal en la que el flujo de agua aparece y desaparece aunque la afluencia constante justifica esa presencia.
La solana es un área donde predomina la baja vegetación por su exposición total al sol y las altas temperaturas que se registran sobre todo en los meses estivos. Esto contribuyó a la transhumancia y el traslado de ganado hace decenios y a la aparición de los corrales, actualmente en desuso o abandonados pero símbolo de la técnica de la piedra en seco muy común en la zona. La umbría es una zona de vegetación más espesa y donde las terrazas de cultivo dan color a este valle que se abre en una fisionomía romboidal.
Además de este vínculo natural y humano con la idiosincrasia del territorio y el sol, aparece un elemento fruto de la orografía del territorio y los caprichos de la naturaleza: la foradà. Este arco natural en la roca es un golpe de escena en el que el sol quiere hacer un guiño y colarse en la zona de sombra. Es un foco imprevisto que le hace participar dos veces al año en lugares en los que en teoría no podría llegar. En el siglo XVII unos frailes franciscanos interpretaron este hecho natural como una señal divina y construyeron un monasterio en su honor. Esa alineación solar tomó una relevancia que se reforzó con esta construcción, para luego perderse en el olvido hasta principios de nuestro siglo.
“Hoy no existe el monasterio, borradas prácticamente todas las huellas de su presencia, incluso de la memoria colectiva del valle, pues casi nadie había oído de su existencia antaño. Ni siquiera se recordaba la alineación solar a través de la Foradà, salvo por algún vago recuerdo. Ni alineación, ni franciscanos, ni monasterio. Todo olvidado, enterrado para siempre”. José Lull,La alineación solarde la foradà en la Vall de Gallinera, 2008.
Desde hace algunos años, la alineación ha recuperado protagonismo y la leyenda del sitio de recogimiento al que iluminaba ha convertido el hecho en parte de la historia del territorio gracias a ese rescate de la memoria histórica. En esta cuarta edición de la residencia Enclave Land Art se invita a los artistas a reflexionar sobre la presencia del astro y cómo este ha incidido, incide e incidirá en la naturaleza del ser humano. La existencia del diálogo con la naturaleza ha sido siempre una constante y el punto de vista desde el que se lean las señales, una guía desde la que interpretarla y aprovecharlas.